La portada del más reciente sencillo de Madonna es un homenaje a la contraportada de uno de sus álbumes (sé de lo que escribo; esa es una trivia para sus fans y los conocedores), y casualmente es también lo mejor de este track de su álbum Rebel Heart. Es curioso que incluya esta canción el mismo día que presento en el blog el video de Taylor Swift en el que aparecen estrellas invitadas, porque el clip de Bitch I'm Madonna también recurre a esa estrategia, pero como un intento desesperado de la cantante por llamar la atención, lo cual no es necesario en una estrella así. Aunque producida por Diplo, la música es aún peor, y adereza el cada vez menor éxito en ventas de los álbumes de Madonna, que son adquiridos fielmente por su público cautivo. Ella es mucho más que esto, y desde hace 10 años que no lanza un sencillo memorable, que verdaderamente sea un hit de coro pegajoso, que la gente reconozca. Lo hizo con el genial Hung Up, que de todos modos se apoyaba en una melodía conocida y perteneciente a otra década. En comparación, Bitch I'm Madonna es algo triste y patético.
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