Son pocas las cantantes que resultan excelentes al interpretar varios géneros, y una de ellas es Bette Midler, que además es una buena actriz (el que se haya estancado en la comedia y haya dejado el drama es otra cosa). A finales de 1983 y tras una larga ausencia de grabar, la nominada al Oscar y ganadora del Grammy contrató a Chuck Plotkin para que le produjera No Frills, uno de sus mejores discos, lleno de temas de rock y pop, que tuvo mucho éxito en Europa pero una fría recepción en Estados Unidos, quizá debido a que en ese país el público estaba acostumbrado a las baladas y música de cabaret de Midler. Sin embargo, el sencillo Beast Of Burden (un cover al clásico de los Rolling Stones) casi ocupó el Top 40, apoyado por un video que logró varias nominaciones en la primera entrega de premios MTV. Con los Rolling, Beast Of Burden es una melancólica balada rock, pero la versión de Bette está llena de fuerza, con su incomparable interpretación (un gran amigo de la cantante aceptó actuar en el clip). Gran track.
Ésta mujer mujer cambió parte de la letra de esta canción que raya la perfección. Logra cambiar el sentido haciéndola más fuerte, caliente y explícita. Realmente mejoró lo perfecto.
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